crónica encuentro de Mora 2014

Hola amigos,

Entre unas cosas y otras, todavía teníamos pendiente contaros cómo transcurrió el Primer Encuentro de Mora, 2014, celebrado el pasado fin de semana del 10 y 11 de mayo.

Nuestro agradecimiento a Fernando Quintas (Alas de Toledo) por su ayuda para esta crónica, en la que también nos cuenta, además, muchas cosas de esta bonita y estupenda zona de vuelo de Castilla La Mancha, en Mora de Toledo «Tierra de Olivos».

Allá vamos:

I ENCUENTRO MORA

Efectivamente, a la segunda fue la vencida.

La lástima fue que el tiempo, con una previsión en principio bastante favorable, no se comportara luego conforme a lo deseado.

Nos juntamos el sábado en el Hotel Los Conejos de Mora, para realizar las inscripciones y hablar un poco del plan previsto. Una charla sobre la zona en sí misma, a cargo de Fernando Quintas, que explicó detalles sobre las condiciones, despegues y aterrizajes o las posibilidades de cross. Por su parte, Turín nos puso al corriente de las precauciones relacionadas con los espacios aéreos que afectan a la zona sur del Tma de Madrid.

Además, aprovechamos para cargar las balizas de la zona por si se podía realizar una pequeña manga que, finalmente, no fue posible.

Finalizados los prolegómenos, nos dirigimos a la zona del aterrizaje que llamamos T-5 para desde allí ver la zona, una larga ladera que oscila entre los 100 y los 150 m de desnivel, con una característica forma de media luna que tiene la ventaja de permitir seleccionar los despegues y tramos de ladera más apropiados según la dirección en la que sople el viento en cada momento.

A eso de las 14:00h se dio salida a la prueba de paramontaña, aunque decir “montaña” en este caso sea mucho decir. Pero aunque el desnivel no sea mucho, no dejó de ser durillo, tanto por el ritmo que impusieron los participantes como por las condiciones en las que se hizo, con unas temperaturas que acariciaban ya los 30 graditos.

El recorrido fue el previsto: unos 5 km con un poco de todo. Se empieza en una suave bajada de 1 km aproximadamente que ayuda a calentar motores para, tras virar hacia la ladera, ir el terreno progresivamente picando hacia arriba de forma que los tramos finales son realmente duros. Muy de agradecer los ánimos de los que esperaban en diferentes puntos del itinerario.

Claudio Heidel, como ya viene siendo habitual en este tipo de pruebas, llegó el primero, con Fernando Quintas detrás, seguido de Esperanza, la única fémina que tomó parte en la prueba y Alfredo Pastor junto a Jean Willemssens que entraron en el mismo tiempo poco después.

Como curiosidad decir que, en la práctica, vino a repetirse el podio de la última paramontaña en el Encuentro de Arcones 2013, si bien la participación en este caso ha sido lógicamente menor.

Una vez arriba, ya en el despegue sur donde se ubicaba la meta de la fase a pie de la prueba, las condiciones eran de viento racheado, muy variable y con considerable actividad térmica. Nada raro aquí, a esta hora y en esta época. En visto de ello se tomó la decisión de no contar la fase de vuelo en el total del tiempo de la prueba, para evitar despegues apresurados en unas condiciones que recomendaban más prudencia para elegir el momento que prisas para terminarla.

La seguridad por encima de cualquier otra premisa. Así que, con el buen rollo que caracteriza a cuanto se organiza en el entorno del Open 3 Provincias, se felicitan participantes y asistentes por el esfuerzo realizado, dando por válidos los tiempos invertidos en alcanzar el despegue para, ya tranquilos y más descansados, volar sin agobios si las condiciones lo permitían.

Aprovechamos para agradecer a los mismos pilotos asistentes, como Julio Martín Quintana, Luis Miguel Carmena o David Egea, su colaboración para actuar como asistentes durante la carrera, jueces de llegada y cronometradores. Entre nosotros mismos nos organizamos francamente bien.

Vuelo movidito aunque, como ya hemos dicho, nada especial considerando que este sitio es conocido por su actividad especialmente en primavera; además son alrededor de las 15 h, apogeo de la actividad. Algunos salen a volar un ratillo por allí para ver qué tal se daba, pero viendo que no se pilla gran cosa se decide que ya es hora de irse a comer algo al pueblo y, mejor, volvemos más tarde.

El rato de la comida, estupendo. Risas y buenísimo ambiente, acompañados de la degustación de las buenas tapas y raciones del Bar Loren (conocido por el “Chus Norris” por los locales, que lo frecuentan con asiduidad en los días de vuelo).

Por la tarde, en el despegue de la higuera, bajo la muralla del castillo, nos juntamos un buen grupo de entre 15 y 20. Pero el viento ha subido su intensidad y se ha orientado claramente de NW. No queda más remedio que esperar a que baje algo. Además, por la configuración de la zona, en estas condiciones el tramo de la ladera del castillo, el que habitualmente se usa, puede quedar rotorizado por la parte de ladera más al norte (la zona de la Ermita Ntra Sra. de la Antigua), convirtiendo el vuelo en un baile constante que lo desaconseja y haciendo los aterrizajes cerca de la ladera especialmente delicados. Así que paciencia y buen humor; ya sabemos cómo es esto. Algunos, pese a todo, se animan y despegan. Los que les vemos desde abajo seguimos pensando que estamos mejor con el culo en el suelo: su baile aéreo nos lo confirma.

Ya al final de la tarde las condiciones mejoran lo bastante como para salir, aunque sigue cruzado de norte y, por ello, bastante “guarro”. Los que conocen la zona deciden, tras bailar un rato por allí, ponerse viento en cola para irse a volar al tramo más al sur, mejor orientado al NW. Efectivamente allí las condiciones mejoran tanto que se largan a recorrer la totalidad de la ladera, hasta donde se acaba. Concretamente Fernando Quintas y Julio M. Quintana, que se conocen bien la zona, se van para allá, acompañados de alguno más que acertadamente decide probar con ellos.

Un bonito recorrido muy recomendable y muy fácil de realizar, especialmente al final de la tarde en condiciones laminares de viento. Aunque abajo lo que uno vea, sean olivares y más olivares, y pueden desanimar, lo cierto es que permiten aterrizar entre filas de olivos en caso de pinchar. No suele ser necesario porque la ladera sujeta bien y la ida y vuelta está casi garantizada (casi es casi, no pidáis cuentas si la cagáis!). Finalmente, terminan tomando en uno de los aterrizajes oficiales (el sur en este caso) sin problemas, prácticamente anocheciendo.

Tras el vuelo, recoger y directamente a la cena en el Hotel. Buenísimo rato y estupenda la calidad del sitio. Merece la pena probar su cocina. Antes de ello, entrega de los trofeos simbólicos en el bar del hotel. Buen aceite de oliva de la zona para los primeros clasificados en las pruebas y un bonito bajorrelieve en bronce con la fachada del Ayuntamiento de Mora para Claudio, como ganador de la carrera.

Al día siguiente, los que nos quedamos y José “proyecto” que se acercó con la familia ese día, decidimos ir a volar directamente a la ladera NW, dadas las previsiones. Descubrimos el rendimiento de esta parte de la ladera en condiciones de viento NW, aunque el vuelo fue más corto de lo que hubiéramos querido porque el viento, que pareció no tener intenciones de darnos facilidades ni un día ni el otro, finalmente roló más a norte y tuvimos que desistir.

Un bonito fin de semana en suma, diferente por las características del lugar distintas a los vuelos habituales del Open, en el que, pese a que las condiciones no acompañaron nos permitieron descubrir una zona poco conocida para la mayoría pero que ofrece sus ventajas.

El escaso desnivel permite acceder a pie al despegue en poco más de cinco minutos. Por otra parte, si las condiciones son las adecuadas puedes incluso levantar la vela donde se deja el coche, subir haciendo campa unos metros y despegar en seguida para ir ganando altura haciendo ochos. Además la zona es volable con vientos de componente W y NE muchos días en los que en nuestras zonas habituales de la región centro resulta imposible por su intensidad.

Las mejores condiciones, en primavera y otoño. Puedes volar también en verano, incluso muy bien, pero ya podéis suponer como las gasta aquí el lorenzo en los meses de julio y agosto. El caso es que tiene posibilidades de cross, con recogidas rápidas y aterrizajes fáciles, pues se vuela en una zona llana, despejada y sin sotaventos, sin más precaución que respetar los espacios aéreos que afecten a las zonas por las que voléis.

Además el Ayuntamiento de Mora colabora con nosotros para lo que podamos organizar y está encantado de acogernos para encuentros futuros o como voladores particulares y, por si fuera poco, aquí no hay problemas con los propietarios de los diferentes aterrizajes y despegues. Incluso son amigos de los pilotos locales.

Muchas gracias a todos los asistentes por su participación y buen humor incluso pese a que las condiciones no fueron todo lo buenas que pudieran haberse esperado. Agradecer igualmente al Ayuntamiento de Mora, con su alcalde y concejales a la cabeza, su colaboración y apoyo en todo momento. Y una mención muy especial a David Egea, del Club Alas de Toledo, por su gestión y esfuerzo desinteresado para permitir la celebración del Encuentro. Somos conscientes de las horas invertidas en ello.

Nos vemos en el Open y en próximos encuentros en ésta y en otras zonas.

¡Felices vuelos!